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jueves, 23 de abril de 2020

"Die Cantes Flamencos" HUGO SCHUCHARDT

Tras el análisis de la Colección de Cantes Flamencos de Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), mi concepción de la historiografía del flamenco no me dejaba más opción que ocuparme de Hugo Schuchardt pues, sin el análisis de su obra, el conocimiento de lo que hoy denominamos "origen de la Flamencología", considero que quedaría sesgado

Enrique Baltanás, ya lo diría en un artículo del que hablaremos a lo largo de esta entrada:
Se suele considerar a Antonio Machado y Álvarez, Demófilo (Santiago de Compostela, 1846 - Sevilla 1893) como el fundador o el iniciador de la Flamencología. Pero esto es sólo parcialmente cierto, pues, como hemos dicho, en el mismo año de 1881 aparecen los que para nosotros son las dos obras fundamentales que marcan el inicio de la Flamencología: las monografías de Schuchardt y de Machado, y ambas en estrecha relación y correspondencia
BALTANÁS, Enrique. "Oralidad y escritura en el flamenco: Hugo Schuchardt y Antonio Machado y Álvarez", en SIGNO. Revista de Historia de la Cultura escrita nº8, 2001, Universidad de Alcalá, p.98 
Hugo Schuchardt nace en Gotha el 4 de febrero de 1842. Desde edad temprana, mostrará su habilidad para los idiomas y, finalmente, se convertirá en un lingüista comparativo especializado en lenguas románicas y criollas y en la lengua vasca.

Según afirma Michaela Wolf:
Para él, lengua y Volksseele, el "alma del pueblo", eran dos aspectos inseparablemente asociados; de ahí que observara al pueblo, sus costumbres, y formas de expresarse. Estaba convencido de que era imposible ahondar en una lengua sin estudiar, o mejor, profundizar en el "alma del pueblo", buscando siempre establecer una relación entre los pueblos y su lengua.
WOLF, Michaela. "Schuchardt y Andalucía" en Die Cantes Flamencos. [1881]. Edición, traducción y comentarios de Gerhard Steingress, Eva Feenstra y Michaela Wolf. Sevilla, Fundación Machado, 1990. P. 160
Este afán de Schuchardt por conocer el "alma del pueblo" fue, seguramente, lo que le llevó a instalarse en Sevilla en 1879 durante algunos meses. Durante este periodo, el lingüista alemán se rodeó de un circulo de amigos eruditos que lo introdujo en la vida cultural de esta ciudad, entre los que se encontraba Antonio Machado y Álvarez (Demófilo).



Entre Demófilo y Schuchardt se forjará una amistad que tendrá como fruto la publicación de las dos obras que podemos considerar como punto de partida de la Flamencología. Hablamos de la Colección de Cantes Flamencos de Demófilo y de Die Cantes Flamencos de Hugo Schuchardt, publicadas ambas en 1881, con unos meses de diferencia.


Tanto es así que Demófilo en el Post-Scriptum diría:
A esta verdadera necesidad respondió la colección de Cantes flamencos, en la que especialmente me propuse facilitar a mi excelente amigo el señor Schuchardt algún material escrito que pudiera servirle de motivo para sus investigaciones filológicas y fonéticas
MACHADO Y ÁLVAREZ, A. "Post-Scriptum" a los Cantos populares españoles de Rodriguez Marín. Buenos Aires, Bajel, 1948. P. 31 
Por otro lado, la obra de Hugo Schuchardt es, además de un estudio de la fonética andaluza, una respuesta a la Colección de Cantes Flamencos publicada meses antes por su amigo sevillano. Es decir, como indica Enrique Baltanás:
Tanto uno como otro texto, el de Schuchardt y el de Machado, se concibieron como piezas de un diálogo. Lamentablemente, este diálogo quedó truncado después de que Schuchardt publicara su ensayo en lengua alemana y en una revista de circulación universitaria (y minoritaria), y que Machado nunca pudo leer íntegro, pues no sabía el alemán. No obstante, lo que pudo conocer lo llevó a modificar sus posiciones en un nuevo libro consagrado al flamenco: los "Cantes flamencos y cantares", publicados en Madrid en 1887, y que todavía muchos estudiosos siguen confundiendo con la obra de Sevilla de 1881.
BALTANÁS, Enrique. "Oralidad y escritura en el flamenco: Hugo Schuchardt y Antonio Machado y Álvarez", en SIGNO. Revista de Historia de la Cultura escrita nº8, 2001, Universidad de Alcalá, p. 114
(Artículo completo disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1127236 )
En efecto, la obra del lingüista alemán, ha sido traducida al castellano 109 años después de su publicación, hecho que parece inexplicable pues, lo que se conoce como Flamencología habría comenzado su andadura dejando atrás uno de sus pilares fundamentales. A pesar de la insistencia que Demófilo muestra en la correspondencia que mantuvo con Schuchardt por que se tradujera su ensayo, el folklorista sevillano nunca llegó a conocer el contenido íntegro de esta obra.

Para los interesados en profundizar en la relación entre Demófilo y Schuchardt, el sitio web de la Universidad de Graz titulado "Archivo Hugo Schuchardt" ofrece la correspondencia completa entre ambos autores. Disponible en:
file:///C:/Users/usuario/Desktop/BLOG/SCHUCHARDT/Antonio%20Machado%20y%20%C3%81lvarez%20-%20Hugo%20Schuchardt%20Archiv.html

Una vez analizado el contexto de producción de esta obra, pasamos adentrarnos en su contenido.

La obra de Schuchardt se compone de dos partes fundamentales: los resultados del análisis de la obra de su amigo Demófilo por un lado; y, por otro, un minucioso estudio de la fonética andaluza. En esta entrada, por falta de espacio, nos ocuparemos únicamente de la primera parte de este ensayo.

La respuesta del lingüista alemán a Demófilo puede resumirse en 3 puntos fundamentales:

En primer lugar, Schuchardt hace una clara distinción entre dos conceptos: gitano y agitanado o gitanesco. Según este autor, la poesía flamenca no era gitana, tal y como afirmaba Demófilo, sino agitanada, pues no encontró ninguna prueba de la existencia de una originaria poesía gitana.
Creo haber demostrado que los cantes flamencos no pueden considerarse de ningún modo como declive de una antigua y auténtica poesía gitana, sino que son esencialmente una poesía andaluza. De antemano podemos señalar que al buscar en los cantes otros elementos gitanos sólo han aparecido bien por casualidad, bien porque han sido introducidos en ellos por la afición, lo que quiere decir que no son de ningún modo elementos esenciales y originarios.
SCHUCHARDT, Hugo. Die Cantes Flamencos. [1881]. Edición, traducción y comentarios de Gerhard Steingress, Eva Feenstra y Michaela Wolf. Sevilla, Fundación Machado, 1990. P. 45
Este "agitanamiento" que se produce de la poesía andaluza, se produce por la fascinación por el mundo gitano, puesto que la visión romántica del gitano se convertiría en un fenómeno enorme a partir de finales del S.XVIII.

En segundo lugar y relacionado con la idea anterior, Schuchardt diría que, en cuanto a los aspectos estilíticos y métricos, el estilo poético de los cantes flamencos no se desvía en ningún aspecto esencial de la restante poesía popular.
En casi toda Europa la forma primitiva de la canción popular es la CUARTETA. Así también en España, donde se manifiesta como copla de versos octosílabos romanceados. Esto es, en esencia, lo que yo entiendo bajo el término de <<copla>>. Corridos de varias coplas llevan el nombre de TROVOS. Son muy corrientes en los MARTINETES. A menudo se encadenan las estrofas de modo que el primer verso de una estrofa repita de forma idéntica o modificada el último verso de la estrofa anterior; a veces la repetición recurre al penúltimo verso.
La relación entre el aire musical y la forma métrica pasa de ser puramente superficial; la forma se adaptará a la música, fenómeno que sin embargo por lo general no suele originar cambios substanciales en sus elementos. En cualquier caso son las sílabas las que marcan el ritmo; y, tal y como se repiten sílabas, se procede a repetir palabras y finalmente versos enteros. Esta es, en distintas etapas la primera fase de una adaptación, sin que la letra de la copla en sí experimente ampliación alguna. De esta manera sucede que una cuarteta se convierta en sexteto (1,1,2,3,4,1), como en la malagueña, la rondeña, en el fandango, etc., y en diversos aires flamencos.
SCHUCHARDT, Hugo. Die Cantes Flamencos. [1881]. Edición, traducción y comentarios de Gerhard Steingress, Eva Feenstra y Michaela Wolf. Sevilla, Fundación Machado, 1990. Pp. 56 -57
En tercer y último lugar, Schuchardt señalará que lo que convierte a un cantar popular en un cante flamenco es la música, mostrando  el lingüista la necesidad de mayores investigaciones en este campo.
(...) si admitimos que el elemento gitano de los cantes flamencos es ficticio, casual y extrínseco, entonces tenemos que concluir que lo específico de estos cantos no es algo inmanente a ellos. Si queremos definirlos habremos de buscar su índole en otros lugares. Los cantes flamencos son canciones recitadas con música flamenca: como hemos visto, ésta tiene un carácter especialmente melancólico que determina al carácter de los cantos aunque tal determinación no sea absoluta.
SCHUCHARDT, Hugo. Die Cantes Flamencos. [1881]. Edición, traducción y comentarios de Gerhard Steingress, Eva Feenstra y Michaela Wolf. Sevilla, Fundación Machado, 1990. P 51

A modo de conclusión, me gustaría compartir con vosotros una pregunta que ronda por mi cabeza desde que conocí esta obra: ¿ Hubiese cambiando el rumbo de la historiografía flamenca si este ensayo se hubiera traducido antes de lo que se hizo?

¡Espero vuestras respuestas y reflexiones!

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